Tristeza versus Ira

 

Tanto la tristeza como la ira, como sucede con el miedo, el asco, la sorpresa o la felicidad, son emociones básicas que llevamos de serie con nosotros nada más nacer. Y como tales, la emociones no son ni buenas ni malas, la clave está en su uso.

Ten presente que la naturaleza nos dota de la tristeza para invitarnos al recogimiento y a mirar más hacia nuestro interior ante situaciones que no podemos cambiar, como la muerte de un ser querido, lo que facilita el descanso emocional. Esta es su funció adaptativa. 

En cambio, la ira surge antes situaciones que podemos cambiar. Su función adaptativa es darnos el empuje suficiente para modificar una situación que nos perjudica, que creemos injusta, como una agresión o falta de respeto, así como nos ayuda a marcar unos límites para con nosotros. 

Así, ante un suceso negativo, recuerda: si puedes actuar para cambiar la situación, lo adaptativo es sentir ira. En cambio, si es irremediable, lo más adecuado es sentirse triste por un tiempo. Lo contrario, sentir ira ante algo inmodificable o apenarse ante lo que podrías luchar por cambiar, no es adaptativo y por ende no creo que pueda ser bueno.

"Nuestras emociones están ahí para ser sentidas, pero no para dominar nuestra vida"

                                                                               Bernardo Stamateas.