Mantener el equilibrio emocional y vivir con paz interior nos ayudará a llevar una existencia feliz y satisfactoria, siendo dueños de nuestro presente y responsables de nuestro futuro, en vez de ser marionetas en manos del destino o de las circunstancias y de tener altibajos emocionales. La gestión emocional fruto de una buena inteligencia emocional te dará la flexibilidad para superar los obstáculos en la vida. La aceptación y la gratitud son también importantes.
Suscríbete a nuestro canal Feliz Éxito aquí: http://goo.gl/NYDUfq y activa la campanita de notificaciones para estar al corriente de los próximos vídeos, te gustarán :-)
Desde Amsterdam, Holanda, comparto unas frases célebres bonitas sobre la amistad y finalmente reflexiono de forma breve sobre la importancia de cuidar a los amigos, de encontrar nuevos amigos y, sobre todo, de ser tu mejor amigo, de quererte a ti mismo y estar a gusto y satisfecho contigo mismo.
Si te ha gustado suscríbete a nuestro canal de Youtube clicando aquí: http://goo.gl/NYDUfq y activa la campanita para estar al corriente de los próximos vídeos, serán interesantes :-)
Elena Llorente del canal Emociones Básicas nos habla de la felicidad, del éxito y de la gestión de las emociones, con Es Vedrá al fondo, un islote cercano a Ibiza. La felicidad es algo que tener que hacer, gente con quien compartir momentos especiales, el buen comer compartido con los seres queridos... El éxito es llegar a sentir armonía, tener lo suficiente para vivir, que los que te rodean y tú estén bien... Es importante conocerse a uno mismo y conocer las emociones, así como aceptar que vas a pasar momentos negativos, que la vida es una continua superación, hay que estar motivados. No existe el fracaso, hay resultados. Intenta mejorar a partir de los errores cometidos. Y tener ilusiones.
Si te ha gustado el vídeo, regálame un like y así nos ayudas a crecer. También puedes compartirlo y suscribirte a nuestro canal para estar al corriente de los próximos :-)
Influencia: La Psicología de la Persuasión es una obra del psicólogo norteamericano Robert Cialdini, publicada en 1984. Es considerada "la biblia" en cuanto a persuasión se refiere. Estamos hablando de motivar a las personas a hacer lo que deseemos, esto es, a convencerlas, a persuadirlas. Del mismo modo, las 6 claves que da el libro, o principios, nos sirven para protegernos de quienes con malas artes quieran manipularnos, por ejemplo desde el ámbito del marketing y la publicidad. Conociendo estas estrategias, podremos decidir más libremente como consumidores y en la vida en general. Las seis claves o principios de la persuasión según Robert Cialdini son:
1. Reciprocidad: de forma natural tenemos tendencia a devolver los favores que nos hacen, nos sentimos en deuda. Al recibir algo, nos sentimos obligados a dar. De manera que si tú haces algo por alguien, será más fácil que te corresponda. Esto es así porque tendemos a tratar a los demás de la misma forma en que nos tratan.
Por ejemplo con las propinas en un restaurante: dejando un caramelo junto a la cuenta, se incrementaban un 3%. Dejando dos, un 14%. Y con un mensaje personalizado, se disparaban UN 23%. O en el supermercado, vemos obsequios en algunos productos, dan muestras gratis, vales descuento, etc. O si le cuentas a alguien una intimidad, un secreto, es más probable que él te confiese algo. O le abres a alguien la puerta y de devuelve un gracias. Invitas a alguien a un café y otro día te quiere invitar él. Estamos programados para ayudar a quien nos ha ayudado antes, a devolver un favor.
2. Compromiso y coherencia/consistencia: Todos tenemos tendencia a ser coherentes con nuestros compromisos, en especial si los hemos hecho públicos o los tenemos por escrito. Con lo que hemos dicho o hecho. Nos cuesta no ser consecuente con una decisión tomada.
Por ejemplo, si te suscribes a un canal de Youtube como por ejemplo este de Feliz Éxito, es más probable que veas sus vídeos y estar alineado con la decisión que tomaste de suscribirte. O las compañías te ofrecen un primer mes gratis de prueba, como puede ser Netflix, un antivirus, etcétera. Pequeña pegatina conduzca con cuidado en la ventana, gran poste en el jardín, subió un 400%. También explica que es más difícil captar a un nuevo cliente que mantener a los que ya se tiene. En centro médico, que ellos rellenen el recordatorio de cita bajó las ausencias un 18%.
3. Aprobación social: Tendemos a creer válido el comportamiento que realiza mucha gente, la mayoría. Nos fijamos en lo que hacen los otros, en especial ante una situación nueva, un momento de duda, etc.
Ejemplos: estrellas de valoración en Amazon, top ventas, ya somos 1000 subscriptores, a otros les ha gustado una película, etc. 36% lo hacía. El 75% de nuestros huéspedes reutiliza las toallas, le pedimos que también lo haga: y subió un 26%. Del mismo modo, asignando a un plato como el plato más popular en la carta, sube un 23%.
4. Simpatía (agrado): Hacemos más caso a las personas que más nos gustan (simpatía, atracción física), que nos caen bien (que más se parecen a nosotros o que nos son familiares/conocemos, que nos halagan o que cooperan con nosotros).
Ejemplo: es uso de modelos (George Clooney, efecto halo: le atribuimos valores positivos, como honestidad, transparencia y éxito). Un candidato que se presenta como alguien común y sencillo y que está preocupado por los problemas que a uno le afectan. Te recomienda un libro alguien en quien confías (ej. Amigo).
5. Autoridad: Confiamos en la opinión de expertos (referentes en un tema) o instituciones importantes y en símbolos de autoridad (títulos, premios, años de experiencia, número de clientes, testimonios). Lo importante aquí es su aura de credibilidad.
Por ejemplo, anuncio de dentífrico, Rafa Nadal (reconocimiento del público) anunciando un KIA. Nike con algún deportista. Los ejercicios de fisioterapeuta si tiene colgados los títulos en la pared. Dar cambio para parquímetro si el otro viste uniforme. Que te presenten antes de una conferencia, o a un asesor inmobiliario la recepcionista.
6. Escasez: si creemos que algo es escaso o su disponibilidad está limitada en el tiempo, es más probable que lo adquiramos.
Ejemplo: ofertas por tiempo limitado, edición especial de unidades limitadas, 5 asientos disponibles, 3 personas están mirando la habitación, a los 100 primeros que llamen se recibirán de regalo, IKEA hasta fin de existencias. El Concord (avión supersónico, cerrado en 2003 por falta de rentabilidad): si quieres montar en un concorde es ahora o nunca.
Si te ha gustado mi vídeo, dale a me gusta, compártelo, déjame un comentario o suscríbete a mi canal clicando en el botón rojo de Youtube. Gracias y espero verte en los próximos vídeos :-)
Sumergidos en el día a día la vida se nos escapa sin que apenas nos demos cuenta. Cómo pasa el tiempo, solemos decir. Para no arrepentirnos el día de mañana de no haber vivido lo suficientemente bien o acorde a nuestros valores y nuestra visión, qué mejor que pasar revista a nuestro presente y pasado inmediato -o no tanto- y tratar de dilucidar si puede que estemos haciendo -o no haciendo- algo de lo que en el futuro nos podamos arrepentir.
Para esto, nada más útil que echar un vistazo a los lamentos más comunes de los moribundos, de seres humanos que pasan revista a su vida y, sin opción de volver atrás y modificarla, sí nos pueden ayudar a nosotros a llevar una vida gratificante y que en nuestro suspiro final, quién sabe cuándo, nos podamos despedir de este mundo satisfechos de nuestro paso por él.
Según el estudio de Bronnie Ware, enfermera en contacto con enfermo terminales, titulado Regrets of the Dying, estos son los cinco principales lamentos de los moribundos:
1. Desearía haber tenido el coraje de vivir mi propia vida y no la que otros esperaban que viviera. Qué triste sería en nuestro lecho de muerte, percatarnos de no haber alcanzado nuestros mejores deseos, no haber vivido conforme a lo que queríamos hacer, sino cumpliendo "lo que debíamos hacer". Recuerda que a quien has de satisfacer es a quien ves en el espejo. Para ello, encuentra tu vocación, desarrolla todo tu potencial y mantente fiel a tu visión y tus valores.
2. Desearía no haber trabajado tan duro. ¿Vale la pena pasar tanto tiempo en el trabajo y preocuparse tanto de él? Si es tu pasión seguro que sí, pero a menudo no es así. ¿Trabajas demasiado para comprar objetos materiales que no te aportan satisfacción? ¿Qué hay de la familia? ¿Y de los amigos o tu tiempo libre?
3. Desearía haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos. ¿Qué hay de conformarse con una vida sosa, sin pasiones, sin expresar los sentimientos? De esto a vivir apagado, quizá amargado, dista tan solo un paso. Aún estás a tiempo de compartir tu yo con los demás en todo su esplendor.
4. Desearía haber estado en contacto con mis amigos. En ocasiones la desidia nos aleja de las buenas compañías, de aquellos con quienes hemos pasado gratos agradables y hemos sido felices; de cuidar las amistades importantes. La vida va de relacionarse y de tener experiencias, no de acumular bienes materiales. ¿Acaso al morir será significativa la marca del coche que has tenido, por poner un ejemplo?
5. Desearía haberme permitido ser más feliz. La felicidad es una elección, pero el miedo al cambio, algo tan humano, nos paraliza. No pierdas la inocencia, la ilusión. Mantén vivo al niño que fuiste y que habita en ti. Y, sobre todo, no te engañes a ti mismo y vive tu vida. Permítete ser feliz.