A menudo nos encontramos personas que se relacionan con nosotros o nos atienden en los comercios con cara de pocos amigos sin motivo alguno. No seamos nosotros uno de ellos intentemos sonreírle a la vida, porque la vida nos devolverá esa sonrisa.
Gracias a las neuronas espejo es muy probable que si le regalamos una sonrisa a los demás los demás nos la devuelvan. Y no solo eso: también la gente querrá estar cerca nuestro. Hagamos de este mundo un mundo mejor. Más sonrisas y menos cara de perro.
Un saludo y a ser felices
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