A lo largo de la vida uno va aprendiendo de la experiencia, de los errores y de los aciertos, de manera que estas lecciones vitales nos enriquecen y nos van haciendo con el transcurso del tiempo más sabios. Cuando somos jóvenes, hay muchos conocimientos que todavía no tenemos, y es al recordarte de joven cuando piensas lo que te hubiera gustado saber en aquella época. En ese contexto, los tres consejos que le daría a mi yo de 16 o 17 años son:
1. Si bien la formación académica es importante, no hay que descuidar, por un lado, desarrollar la actitud correcta que nos hará felices y exitosos en la vida, y por otro, el saber relacionarse con los demás y la importancia de ir conociendo y rodeándose de la gente adecuada.
2. No postergar la felicidad. Si algo te hace ilusión o puede hacerte feliz ya, no lo dejes para más adelante, por ejemplo un viaje que tienes ganas de hacer. Con el paso del tiempo puedes perder las ganas o la ilusión y posteriormente no disfrutarlo tanto o, en el peor de los casos, puede ser que se te pase el arroz y nunca lo lleves a cabo.
3. Busca gratificaciones a largo plazo, más que a corto plazo, es lo que al final te hará feliz y exitoso. No busques la felicidad en cosas inmediatas, en el alcohol, en los videojuegos, sino en el perseguir tus metas, en la satisfacción de las cosas bien hechas, en lograr aquel estilo de vida que te hará sentir autorrealizado.
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